¿Ignoráis... que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu.
1 Corintios 6:19-20
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Semejantes palabras sólo pueden dirigirse a los que tienen la nueva vida por la fe en Jesucristo. Fueron "comprados por precio", al precio de la muerte de ese precioso Salvador.
Los hombres se vanaglorian de ser libres. En realidad muy a menudo se ve que los que proclaman ser mas libres son esclavos de sus prejuicios, de sus inclinaciones o de sus pasiones. El sensual vive para su placer, al ambicioso le devora su anhelo por conseguir lo que aspira y el avaro se afana en amontonar.
El creyente debe vivir para Cristo. Si no lo hace, no vive como cristiano. Fue comprado por precio a fin de que, de ahí en adelante, su vida consista en:
1)no vivir para si mismo.
2)vivir"para aquel que murió y resucito"
por él (2 Corintios 5:15), porque allí esta la verdadera libertad, bajo la dulce autoridad de aquel que nos amó y a quien amamos.
El único motivo que nos hace capaces de vivir de esa manera es, en efecto, el amor por Cristo. Sólo el nos libera del poder del egoísmo que nos quita toda paz y gozo.
En realidad, nuestra dicha mas grande consiste en absoluta obediencia y el servicio sin reserva que nos pide aquel que "nos amó, y se entrego a si mismo por nosotros" (Efesios 5:2)
1 Corintios 6:19-20
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Semejantes palabras sólo pueden dirigirse a los que tienen la nueva vida por la fe en Jesucristo. Fueron "comprados por precio", al precio de la muerte de ese precioso Salvador.
Los hombres se vanaglorian de ser libres. En realidad muy a menudo se ve que los que proclaman ser mas libres son esclavos de sus prejuicios, de sus inclinaciones o de sus pasiones. El sensual vive para su placer, al ambicioso le devora su anhelo por conseguir lo que aspira y el avaro se afana en amontonar.
El creyente debe vivir para Cristo. Si no lo hace, no vive como cristiano. Fue comprado por precio a fin de que, de ahí en adelante, su vida consista en:
1)no vivir para si mismo.
2)vivir"para aquel que murió y resucito"
por él (2 Corintios 5:15), porque allí esta la verdadera libertad, bajo la dulce autoridad de aquel que nos amó y a quien amamos.
El único motivo que nos hace capaces de vivir de esa manera es, en efecto, el amor por Cristo. Sólo el nos libera del poder del egoísmo que nos quita toda paz y gozo.
En realidad, nuestra dicha mas grande consiste en absoluta obediencia y el servicio sin reserva que nos pide aquel que "nos amó, y se entrego a si mismo por nosotros" (Efesios 5:2)
Cristo solo es nuestro anuncio,
Nuestra prédica Él será;
También de Cristo viviremos,
Y así El solo se verá.
